Se trata de una situación inédita en la política andaluza. Si bien entre 1996 y 2004 hubo gobiernos de coalición (PSOE-PA), en esas dos legislaturas era el partido vencedor en las elecciones el que buscaba apoyos para forjar una mayoría parlamentaria. Ahora será distinto, porque PSOE e IU tendrán que entenderse para cerrarle el paso al triunfador en las urnas.
El presidente andaluz y candidato socialista a la reelección es el gran triunfador de la jornada por encima de cualquier otro. Aislado de su partido, enfrentado con el secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, con una campaña llena de tropiezos, conseguirá retener el gobierno de la Junta de Andalucía en manos socialistas cuando nadie apostaba por él.
Tendrá que pactar con una Izquierda Unida fortalecida, presumiblemente dándole entrada en el Consejo de Gobierno, pero ha logrado el principal objetivo con todo en contra: encuestas, escándalos de corrupción, desempleo y la 'marea azul' del Gobierno central y del resto de municipios y autonomías.
Su táctica de separarse de Zapatero en las elecciones generales del 20 de noviembre ha surtido efecto y en última instancia va a permitir al PSOE mantener un bastión como el de la Junta de Andalucía, que maneja el segundo mayor presupuesto público de España. Además, Griñán puede convertirse en un freno para muchas políticas que quiera implantar el Gobierno central con el acuerdo de las autonomías de su mismo color político.
De puertas adentro de su partido, Griñán puede exhibir su logro frente al fracaso de Rubalcaba en las elecciones de noviembre. También desairado con estos resultados queda su antecesor Manuel Chaves, con el que había roto la amistad de antiguo y mantenía sólo una relación distante. Chaves no ha coincidido en la campaña con Griñán y su entorno se mantenía a la expectativa.
En la lista de 'vencedores morales' de los comicios figura por méritos propios el ex presidente del Gobierno y ex secretario general socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, quien decidió el reemplazo de Chaves en la Semana Santa de 2009 en vista de los síntomas de agotamiento que daba el electorado andaluz. Finalmente, la apuesta por Griñán, aunque de carambola, le ha resultado válida.
Recuperar terreno
Hace cuatro meses, el PP se impuso en las generales en Andalucía con una ventaja de 400.000 votos y nueve puntos porcentuales. Este domingo, esa diferencia ha superado por poco un punto porcentual y rozando los 44.000 votos. Parece que el electorado ha empezado a pasarle factura a Rajoy castigando a su formación en Andalucía.El PSOE prácticamente ha repetido los resultados del 20 de noviembre, lo que indica que ha movilizado al mismo electorado que entonces. Pero Javier Arenas, en cambio, se ha dejado casi 450.000 votos (1.982.000 hace cuatro meses por 1.550.000 este domingo) de electores que le han mostrado su rechazo a las primeras medidas tomadas por el Gobierno de Rajoy. Conviene no olvidar esta lectura 'nacional' de los resultados andaluces.
Arenas fracasa por cuarta vez
En las filas del PP, Arenas vuelve a quedarse a las puertas de acabar con la hegemonía socialista en Andalucía. Ya le sucedió en 1994, 1996 y 2008. Presumiblemente, no habrá una quinta oportunidad para él. También su equipo tendrá ahora que reinventarse después de comprobar cómo el electorado le negaba el triunfo.El PP gobierna en las ocho capitales andaluzas y en la mayoría de las grandes poblaciones de la comunidad, pero la Junta de Andalucía se convierte así en la gran asignatura pendiente.
Por lo demás, es un triunfo socialista sorprendente por inesperado. "Hemos vuelto a darle la vuelta a las encuestas", ha dicho Griñán en su primera intervención tras el escrutinio. Ningún sondeo había previsto el reparto del Parlamento que ha dibujado la jornada electoral. Esta vez el voto oculto ha resultado ser el dirigido al PSOE.
Es más, las últimas encuestas le daban una holgada victoria al PP con dos o tres concejales por encima de la mayoría absoluta. Pero la abstención ha podido afectar en mayor medida al PP y ha trastocado todos los pronósticos.
Las diferencias son mínimas, al contrario de lo que pronosticaban todas las encuestas, incluso hasta el final mismo de la campaña electoral. El PP no logra distanciar al PSOE en más de 40.000 votos en el total de la comunidad. El otro gran éxito de la noche se lo apunta Izquierda Unida, que muy presumiblemente se ha hecho con los restos en no pocas circunscripciones y logra 115.000 votos más que en 2008.
Éxito de Izquierda Unida
Izquierda Unida duplica el número de escaños de 2008 alcanzando 12 actas con más del 11% de los escrutinios. Durante la recta final de la campaña, los dirigentes de IU-CA señalaban que estaban disputándole hasta quince diputados en el aire al PP, que era el partido en cabeza en todos los sondeos. Probablemente, ha sido así. IU se lleva un diputado por provincia más un segundo parlamentario por Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla.El PP gana en Cádiz y Málaga, pero no consigue distanciarse de los socialistas más que en un escaño. La única victoria contundente se la anota el PP en Almería, donde se despega (7 a 4) de los socialistas. En Granada y Córdoba, sin embargo, están empatados en número de escaños y las diferencias en número de votos son prácticamente inapreciables.
Sevilla, el bastión
En Huelva y Jaén, la Andalucía del interior, los socialistas están por encima del PP aunque empatan en número de parlamentarios. En Sevilla, el PSOE mantiene su ventaja de dos escaños sobre el PP. El 'efecto Zoido' del alcalde de la capital andaluza se ha diluido en la provincia.La baja participación ha sido la protagonista de la jornada electoral. Hasta las 18 horas de la tarde, los votantes eran el 47,18% del censo electoral, más de 12,36 puntos por debajo de el registrado a esa misma hora en los pasados comicios del 2008, que tuvieron lugar junto a las generales en que se impuso Rodríguez Zapatero. Finalmente, se ha quedado hasta nueve puntos por debajo de los resultados de hace cuatro años.
FUENTE: El Mundo